La tecnificación de granjas de cerdos trae consigo la instalación de biodigestores para el manejo y tratamiento de los residuos porcinos, esto con la finalidad de que se garantice la sostenibilidad en las operaciones en cuya finalidad se encuentra la obtención de proteína cárnica.
Con la puesta en marcha de los biodigestores en las granjas tecnificadas se obtienen subproductos derivados como el biogás y el biosólido porcino.
El biosólido porcino se emplea como fertilizante en la agricultura, optimizando el uso de los recursos naturales, mejorando la calidad de los cultivos y reduciendo costos en fertilizantes químicos.
Éste se logra al separar los sólidos que se biodegradan con bacterias en el proceso de tratamiento de aguas y se usa como fertilizante porque es materia orgánica con alto niveles de nutrientes.
Entre los beneficios que aporta a la agricultura el uso de biosólido porcino se encuentran el desarrollo de plantas más productivas y resistentes, la reducción de costos de producción puede sustituir el uso de fertilizantes sintéticos, ayudando a la conservación del medio ambiente.
A través de nuestro programa “Quédate en el Campo”, hemos apoyado a agricultores yucatecos en la obtención de este biosólido, permitiéndoles comprobar sus beneficios de primera mano.
Especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), realizan pruebas para evaluar los beneficios de la aplicación del biosólido porcino, subproducto derivado de la crianza en nuestras granjas tecnificadas.
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El uso de biosólido porcino además de contribuir a la sostenibilidad también mejora la estructura del suelo, favoreciendo la retención de agua y la actividad biológica, lo que es especialmente beneficioso en regiones con suelos degradados.