La dieta en el México antiguo se basaba en maíz, frijoles y chile, además de animales nativos como el guajolote e insectos. La introducción de la carne de cerdo marcó un cambio importante en la alimentación mexicana.
La conquista gastronómica
Desde la época de la conquista, la carne de cerdo se convirtió en un ingrediente esencial en la gastronomía de la Nueva España, no solo porque era una fuente de proteína accesible para la población, sino también porque del cerdo obtenían derivados como la manteca, que sustituyó en gran parte el aceite de origen vegetal y animal utilizado por los pueblos originarios; esta se convirtió en la base para la elaboración de platillos emblemáticos como lo son los tamales y el mole.
Con el tiempo, el cerdo se integró completamente en las costumbres culinarias mexicanas. Uno de los ejemplos más notables es el chicharrón, que se elabora con la piel del cerdo y es popular en todo el país.
Otros platillos como la Cochinita pibil en la Península de Yucatán, las carnitas en Michoacán, y el uso de carne de cerdo en tamales, pozoles y guisos, son algunos de los muchos ejemplos de cómo esta carne se entrelazó con las tradiciones mexicanas.
La carne de cerdo ha pasado de ser percibida únicamente como un ingrediente básico en recetas tradicionales, a convertirse en una proteína más versátil y saludable en la gastronomía moderna.
Esto ha sido posible gracias a las mejoras en la producción porcina: con cortes magros, en el que se ha disminuido el porcentaje de grasas, permitiendo opciones más saludables a los consumidores.
México y la Carne de Cerdo
En las últimas décadas, el consumo de carne de cerdo en México ha mostrado una tendencia creciente, convirtiéndose en una de las proteínas más consumidas en el país. Este aumento en la demanda se debe a varios factores, incluyendo cambios en los hábitos alimenticios, el crecimiento de la población, la mejora en la producción y distribución de la carne de cerdo.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y otras organizaciones agrícolas, el consumo per cápita de carne de cerdo en México ha ido en aumento, alcanzando cifras que superan los 20 kg por persona al año, en reportes recientes.
Nuevas tendencias
Junto con el creciente consumo de carne de cerdo, y la llegada al mercado mexicano de tendencias gastronómicas internacionales, como lo son los platillos asiáticos han diversificado aún más la preparación de esta proteína cárnica.
Se espera que el consumo de carne de cerdo en México siga en aumento, impulsado por las tendencias de salud y bienestar, así como por la demanda de alimentos sostenibles.
La información sobre los beneficios nutricionales del cerdo, combinado con la innovación en la producción y la cocina, reafirma el lugar especial que esta proteína tiene en los hogares mexicanos.
En Kekén alineamos a nuestra política de inocuidad los procesos de mejora continua que permiten ofrecer la mejor carne de cerdo a las familias mexicanas, misma que también goza de reconocimiento en los mercados internacionales más exigentes.